viernes, 28 de marzo de 2014

GUIA PARA QUE LOS PREFERENTISTAS DE BANKIA MEJOREN SU FACTURA FISCAL


La subida de la acción de Bankia está permitiendo que los antiguos propietarios de preferentes y deuda subordinada de las cajas de ahorros que dieron origen al banco que preside José Ignacio Goirigolzarri estén un poco más cerca de recuperar su inversión inicial, o incluso la recuperen por completo, como ocurre con algunos bonos.

Sin embargo, el proceso técnico de la metamorfosis de los híbridos en renta variable tiene un efecto secundario para los inversores, que deberán entregar una parte a la Agencia Tributaria –mayor o menor, en función del momento– cuando decidan vender la acciones. En el peor de los casos, tendrán que tributar al 56% por la diferencia entre los 1,3526 euros a los que suscribieron las acciones y el precio de venta.

Y es que, pese a la quita previa que les impusieron –del 37,2% a los dueños de las preferentes de Caja Madrid, por ejemplo–, se considera que los dueños de las preferentes compraron las acciones a 1,3526 euros. Y la acción concluyó ayer a 1,52 euros. Los casi 0,17 euros de diferencia tendrán que pasar por Hacienda.

Así, con la escalada en Bolsa de Bankia, los inversores en las preferentes de Caja Madrid de 2009 y que, tras el canje obligatorio por acciones, mantengan los títulos recuperarían más del 80% de su dinero. Este cálculo incluye los cupones pagados por las participaciones, hasta que dejaron de hacerlo, en julio de 2012.

Obviamente, la escalada bursátil es una buena noticia para los inversores que compraron híbridos y después se quedaron con las acciones. Pero la última reforma sobre el tratamiento fiscal de las plusvalías obtenidas en menos de 12 meses les supondrá pagar más a Hacienda. Las ganancias obtenidas por la compraventa de acciones, fondos de inversión, divisas, opciones, futuros e inmuebles sufrieron un brusco volantazo fiscal a comienzos de 2013.

Hasta el 31 de diciembre de 2012, las ganancias patrimoniales derivadas de la venta de activos con un año o menos de antigüedad tributaban en la renta del ahorro. Se pagaba entre el 21% y el 27%, en función de la plusvalía conseguida, independientemente de si se habían logrado en años o en unas pocas horas.

En un intento por aplacar la especulación, así como por arañar ingresos públicos de cualquier resquicio, el Ministerio de Hacienda cambió el criterio. La carga impositiva de estas operaciones depende ahora de la antigüedad de la inversión. Las ganancias obtenidas en un plazo de un año o menos tributan al tipo marginal correspondiente según el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Y este, contando con los tramos autonómicos, supera en algunas regiones el 52%. Así ocurre, por ejemplo, en Cataluña, Asturias y Andalucía.

Los expreferentitas de Bankia que recibieron obligatoriamente acciones de la entidad tienen un dilema. El canje por acciones se llevó a cabo en mayo, por lo que están dentro del plazo de 12 meses. Si venden ahora asumirán un fuerte carga fiscal. Si venden a partir del 24 de mayo de este año –un año y un día después de que se cerrara la ampliación de capital por el canje de híbridos–, es posible que los títulos de Bankia pierdan brillo.Aunque ya hay algunas casas de análisis que asignan a la entidad un precio objetivo cercano a los 1,8 euros por acción. Eso sí, entonces reducirán su tributación sobre plusvalías a entre el 21% y el 27% por las plusvalías.

Hay que añadir otro ingrediente a esta compleja receta. Los alrededor de 80.000 propietarios de preferentes, en su mayoría compradores de la emisión lanzada en junio de 2009 por Caja Madrid de 3.000 millones de euros, fueron obligados a participar en el salvamento de la entidad. A la inversión inicial se le aplicó un descuento del 37,2%. El dinero restante (por ejemplo, 62,8 euros de 100) se destinó a comprar acciones a 1,3526 euros.

Las pérdidas que sufrieron con la quita se consideran rendimientos de capital mobiliario –aquí se incluyen dividendos e intereses de depósitos, por ejemplo– negativos y solo se pueden compensar con rendimientos positivos de la misma naturaleza en el plazo de cuatro años, según explica Luis del Amo, secretario técnico del Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF). Es decir, sobre el ejemplo de 100 euros de inversión, el rendimiento del capital mobiliario negativo (37,2 euros) podrá compensarse con intereses o dividendos. Y es que la ganancia obtenida por la venta de acciones no computa para reducir los rendimientos negativos anteriores. Eso sí, las plusvalías de la venta de acciones de Bankia se podrían compensar con minusvalías del mismo tipo obtenidas en el mismo plazo

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